martes, 18 de diciembre de 2012

¿Pueden los ladrones robar dos veces a la misma persona?


Aquí os dejo un extracto de Vincenç Navarro, certero, sincero y comprensible.




¿Debería pagarse tal deuda? 

“En realidad, los Estados no deberían pagar la deuda, incluso en el caso de que pudieran hacerlo, pues esta deuda es exagerada y la cantidad de intereses que se ha forzado a los Estados a pagar para poder conseguir dinero, es decir, para que la banca comprara bonos públicos del Estado, es artificialmente alta e inmoral. Y digo inmoral porque esta exigencia de que los Estados paguen intereses altos se basa en que ha sido la propia banca, a través de su lobby, el Banco Central Europeo, la que ha creado la situación intolerable en la que los Estados no tenían otro remedio para conseguir dinero que pagar tales intereses exageradamente altos, pues el Estado no podía pedir prestado dinero del BCE (mientras que los bancos sí que podían). Es como si una persona robara dinero a otra y luego tuviera la osadía de prestarle el dinero robado (porque no había dinero disponible de ninguna otra fuente) a la persona robada, a unos intereses elevadísimos. El ladrón robaría dos veces a la persona robada. Esto es lo que la banca ha hecho. Ha eliminado el instrumento que los Estados tenían para protegerse de la especulación de sus bancos, y así han conseguido intereses de los bonos altísimos”.

Extracto del artículo de Vincenç Na varro en el diario digital “público” (18 diciembre de 2012) 
http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2012/12/18/por-que-la-deuda-publica-no-debe-pagarse/






jueves, 13 de diciembre de 2012

Paul M. Sweezy. Tª del desarrollo capitalista






Ya nos lo dice el autor en la introducción como afirmación corpórea: “La sociedad es algo más que un número de individuos”. Afirmación, estoy seguro, no gratuita y que esconde tras de sí una doctrina cuasi gestáltica que niega la visión de la individualidad económica; De la idea del individuo que en busca de su propia felicidad favorece per – se a sus congéneres. Así el sistema económico no es un intercambio de simples bienes (o servicios), sino también “entre hombres y cosas”. Afirmada la relación “entre los hombres y las cosas” entendemos que el libro se oriente hacia las relaciones (sociales) en relación a la producción y la distribución.
Dos consideraciones iniciales sobre las relaciones sociales: a. Estas son (en el ámbito de la producción) un problema histórico de tensiones sistemáticas que provienen de los agentes que ocupan las posiciones de capital u de trabajo en los procesos productivos. Por tanto el análisis no debiera circunscribirse a una época particular, si bien es cierto, que Carl Marx eligió la producción industrial como la más importante y representativa de las sociedades modernas.  b. El análisis de estas debe circunscribirse a aquellas que se desgranan de la relación trabajo – capital. El resto de las relaciones sociales deberán incorporarse para un análisis ulteriormente.  
Hemos de convenir por claridad expositiva que las relaciones a las que hacemos sistemáticamente alusión son aquellas capitalistas (entre capitalista y asalariado) y la necesaria existencia de una mercancía que se intercambia; bien en base a una relación entre consumidor y objeto consumido, en función de un valor de uso, o bien en relación al valor cuantitativas entre las propias mercancías intercambiadas en función de un valor de cambio. Así, en el marco de un sistema capitalista, nos explica Sweezy, el valor de cada mercancía se asume diferente a la propia utilidad de aquel que lo consume, para depender de formas menos naturales y universales: La división del trabajo, la producción privada y la posición que ocupan los agentes respecto a ambas.
Así, toda mercancía conlleva implícito un trabajo “abstracto” (abstracto en el sentido de amplio o general) cuyo sumatorio representa al menos una parte del valor de la propia mercancía. Es decir, el trabajo abstracto se materializa en un valor concreto; o dicho de otra manera: el número de unidades (horas) de trabajo se relacionan con un valor monetario concreto. Este es el elemento fundamental para la comprensión del valor de cambio.
De manera que, aparece la contradicción entre el capitalismo y la afirmación primera del autor en la introducción; la contradicción entre la relación entre los hombres (visión de Sweezy) y la relación entre los hombres intermediada irremediablemente a través de las mercancías. Y así, el sistema se apodera de las relaciones entre los hombres, dominando estas y su comportamiento.
Asumiendo todo lo anterior, en una sociedad capitalista, el valor imperante es el de cambio que es aquel asignado en función “de las leyes que gobiernan la asignación de la actividad productiva”. Así, el estudio de este valor puede ser afrontado cualitativamente o cuantitativamente. Asunto este de la cuestión cuantitativa que el autor aborda en el capítulo III.  De manera critica a Marx se afirma que las mercancías han de cambiarse en el mercado, pero no necesariamente en valor 1:1 en función del valor de horas de trabajo:
-          Al mismo número de unidades de tiempo invertido en su producción o en su caso, el mismo tiempo de trabajo socialmente necesario en condiciones normales no generan en el mercado el mismo valor monetario).  
-          El trabajo más cualificado (en el libro traducido como calificado) debe tener una mayor capacidad de producir valor.
Sin embargo, afirma Sweezy que la argumentación Marxista de la reducción de todo trabajo a simple es cierta, en parte porque no es demostrable que la mayor cualificación del obrero para crear valor añadido pueda deducirse del mayor valor de su producto.
Añade además respecto de la proporcionalidad del intercambio las visiones de otros autores diferentes a Marx, como la idea de Smith de “que la competencia en una sociedad de producción, la oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla”, para después incorporar la afirmación de Marx en el Volumen IIIº de que “la relación de demanda y oferta explica […] por una parte solo las desviaciones de los precios de mercado con respecto a los valores de mercado, y por la otra la tendencia a balancear estas desviaciones”  o que “En el momento en el que la oferta y la demanda se equilibran mutuamente cesan de actuar y el precio de mercado de una mercancía coincide con su valor real”.
Pero, en cualquier caso, continua el autor, la cuestión de la relación y proporción de cambio de mercancías no solamente depende de lo ya dicho, sino también de  otros factores (nuevamente estudiados por Marx) como la distribución del trabajo, la información sobre el costo relativo del trabajo y la información sobre la intensidad de la demanda (necesidades sociales como valor de uso en la escala social y la capacidad de compra del consumidor).
Claro, nos dice Sweezy, el problema no es la demanda (preocupación sistemática de autores precedentes a él como Keynes por ejemplo), sino la distribución de los ingresos (que por cierto es según Marx un reflejo de las relaciones de producción que a su vez son causa de la estructura social particular de una sociedad capitalista). De manera que el ingreso según Marx “está dominada por la distribución del ingreso”  y que por tanto el problema del valor debiera “ser abordada  más bien por la vía de las relaciones de producción”. Porque, las necesidades se cubren tanto en cuanto se cuente con ingresos suficientes, más allá de valoraciones subjetivas.
Excepción a estas formas capitalistas de asignar un valor es el precio del monopolio que es determinado por la apetencia de comprar y por su capacidad de compra (ya que el precio asignado es aquel de la producción general y el valor del producto y diferente al precio que se le hubiera asignado en régimen de competitividad).
Este proceso mercantil, que debía responder a un esquema muy simple de Mercancía que se vende – Dinero que se consigue – Mercancía que se compra (y que se vende) (M –D –M´) queda diabólicamente transformado (según Marx) en la que el dinero es el principio y el fin de todas las relaciones sociales (D-M-D´); de manera que a la mercancía se incorpora la fuerza de trabajo y por tanto el trabajador mismo[1].
Así, en un sistema capitalista, el valor total de una mercancía se divide en tres componentes: El capital constante (c): el valor de los materiales y la maquinaria utilizada (y que se mantiene constante de origen a fin); el capital variable (V): resumida en la fuerza de trabajo y al ser variable es la que permite que su depreciación genere la plusvalía y la plusvalía misma (que no produce plusvalía porque lo es en  sí misma). De tal modo que:
 Valor Total: c + v + p
La explicación marxista entre esta fórmula y la depauperización del proletario se expresa a través de la conocida “tasa de plusvalía”, que supone considerar la “c” constante y por tanto hace esta mayor sólo si el capital variable disminuye (lo que es sobre todo el salario de los trabajadores o el aumento de las jornadas de trabajo a precio constante). En la teoría marxista, esta fórmula es el origen de la tasa de ganancia (la proporción de plusvalía respecto al desembolso total) o la composición originaria del capital (de manera que es matemáticamente demostrable que la forma de aumentar la plusvalía es la misma que la de ganancia)[2].
Sobre la tasa de ganancia observaba Marx una tendencia descendiente y que para Marx tiene carácter de tendencia, y por tanto en parte paliable o contrarrestable a través por ejemplo del abaratamiento de los elementos del capital constante y variable (reduciendo costos vamos…) a través (entre otros mecanismos orientados más a la reducción del capital constante) de la depreciación de salarios, el aumento de las horas de trabajo o la intensidad de este. Además de producir una tendencia evidente que es que si la tasa de ganancia se reduce, para que el capitalista se lleve el mismo beneficio bruto o le aumente requiere casi irremediablemente de aumentar la cantidad de producción (y por tanto una aceleración significativa de la producción, lo que además sobreexplota el medio).  
Otros elementos que influyen en la tasa de ganancia son el comercio exterior (que puede abaratar la adquisición de materias primas), las fuerzas sociales (sindicatos, organizaciones patronales) o modernamente, la deslocalización de la producción.
Tras esto Sweezy aborda el tema de la acumulación y el ejército de reserva. El primer paso para la acumulación es por supuesto lo que el autor denomina reproducción simple (que supone que de manera global el capitalista recupere el total de su inversión inicial y gaste el restante de la plusvalía en consumo y que el obrero gaste el total de su salario también en consumo) y que permite que año tras año el proceso de producción capitalista pueda continuar en un nuevo ciclo.
La explicación de los procesos de acumulación se explican aquí a través de “Ceteris paribus” en el que se divide la industria en dos grupos:
a.       Aquellos que producen los medios de producción.
b.      Aquellos que producen los bienes de consumo.
De modo que a cada uno de ellos se le supone un valor total en relación a las variables explicadas con anterioridad (costes fijos, costes variables y plusvalía). Así, para cumplir el requisito de la reproducción simple, el capital constante usado (c) debe generar una producción tal que permita el consumo combinado de obreros (salarios) y capitalistas (plusvalía). Por tanto (y esto puede ser explicado matemáticamente): el capital constante de la producción de artículos de consumo ha de ser igual al variable de la producción de los medios de producción más su plusvalía resultante:
C2: v1 +p1
Claro, la demanda total es la suma de los salarios y las plusvalías y que, dice Marx, es difícil que sin planificación previa lleguen a igualarse. De modo que estas  probables discrepancias entre la oferta y la demanda se manifestarán en trastornos generales del proceso productivo.
Pero, de donde viene la acumulación capitalista si, como hemos afirmado “ceteris paribus” este consume por definición toda la plusvalía?. Pues en realidad, no lo hace (y aquí una de las contradicciones entre dos conceptos como la Reproducción simple y la acumulación de capital), ya que el interés fundamental del capitalista no es el del valor de uso sino el de ampliar su capital. Así, la tendencia será a aplicar la mayor parte de su plusvalía en nuevo capital que le permita apropiarse de más plusvalía. Por tanto, esta no será utilizado en consumo, sino en inversión (forma particular de consumo que no genera en sí mismo un valor de consumo). Así, el capitalista es también absorbido por la lógica del sistema, en vez de buscar “un fin positivo” de su propia riqueza (porque acumular y consumir son acciones contrarias). No obstante, con mayor o menor valor añadido, ambos tipos de consumo (consumo e inversión) promueven por igual la demanda (independientemente de la diferencia en el valor de uso entre ambos), lo que permite mantener el statu quo.
Además, Marx encontraba una lógica maquiavélica en el hecho de que el capitalista decidiese no consumir su plusvalía más que en inversión, ya que, como esta se orienta a capital  constante y variables, aumentar la plusvalía, pasa por reducir el capital variable de la operación y por tanto, y nuevamente, la depauperización del obrero. Pudiera parecer, nos die Marx, que el aumento de la acumulación de capital genera un aumento de los salarios, pero el mismo nos explica que en un sistema capitalista el precio de la mano de obra responde a la ley de la oferta y la demanda (como cualquier otra mercancía) y que por tanto, una masa de población dispuesta a trabajar pero que no encuentra donde, empujaría significativamente los salarios hacia abajo. El acuña esta masa como el “ejército de reserva de  trabajo” o “población excedente  relativa”.
Por otro lado, Marx habla de la transformación de los valores en precios. Para ello supone que la ley del valor controla directamente los precios de todas las mercancías. Esto implica suponer que la composición orgánica el capital es la misma en todos los sectores productivos; pero en la vida real esta es (según ejemplo del propio Sweezy) “relativamente alta en la industria eléctrica y relativamente baja en la industria del vestido”.
Así, los capitalistas trataran de maximizar la tasa de ganancia (hasta que ya ninguno pueda mejorar su situación), aunque el soluciona este problema afirmando que lo que el capitalista buscará será un porcentaje sobre la inversión, es decir: una “tasa media de ganancia” y de esta manera los valores se traducirían según Marx en determinados precios.
Sweezy califica este método de cálculo como insatisfactorio. Expone así otros métodos alternativos como el método Bortkiewicz  (basado en la misma idea original de Marx de que los precios se derivan e los valores).
Por otro lado, Marx observó en una clara tendencia cíclica del sistema capitalista, por lo que a los problemas ya consignados se le sumo otro de proporciones inmensas: La naturaleza cíclica de las crisis capitalistas. Para ello hemos de volver a recurrir a la fórmula ya explicadada D – M – D´. circuito donde el capitalista comenzaba con un capital original que pretendía ampliar a través de las mercancías (circuito en el que “todo empieza y termina en el dinero). Claro, le incremento entre D y D´ no tiene por su mismo un valor de uso (sino simplemente de cambio). Así, el capitalista devuelve constantemente su dinero a la circulación con el objetivo de incrementarlo y obtener ganancia.
Así, en este simple proceso de incremento de D puede ocurrir que coyunturalmente a. este sea negativo (el capitalista pierda dinero), lo que le hará retirar su capital, se reducirá la circulación y comenzará una crisis seguida de sobreproducción o b. Descenso del incremento (es decir descenso de la tasa de ganancia) que produciría un aplazamiento de las operaciones capitalistas temporalmente (porque un capitalista, si quiere seguir siéndolo debe más tarde o más temprano reinvertir), lo que conllevará nuevamente  crisis y superproducción. (por tanto, Marx demuestra que no es necesario que la tasa de ganancia sea negativa para producir crisis de superproducción y que basta en principio con que esta se reduzca sensiblemente). El `punto de bajada peligroso es aquel en el que la tasa de ganancia cae por debajo del tipo de interés.
Por otro lado, además de crisis conocidas como de realización, en el que la desproporcionalidad entre las diversas ramas de producción son la base de la misma, nos encontramos que la tasa de ganancia tiene una tendencia decreciente que para ser paliada genera tensiones (presión sobre los salarios, aumento de las jornadas de trabajo, etc), pero además obliga a un aumento de la producción significativo y sostenido en el tiempo para producir la misma ganancia neta con tasas de ganancias menores. Esto en un contexto de bajada de salarios hace que al final la producción total no encuentre mercados ni salarios suficientes para asumirlas (recordemos que hemos convenido que la plusvalía no se destina al consumo final).


[1] En este punto, téngase en cuenta la consabida depauperización del proletario y la reducción de sus medios de subsistencia hasta la pérdida de los mínimos para continuar con su trabajo.
[2] No parece este el formato más adecuado para explicar matemáticamente las deducciones de la tasa de ganancia o la composición originaria de capital. Que el lector acuda a la fuente original si lo desea.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Que la paix soit faite!



ISRAËL-PALESTINE : UN PROBLÈME CRUCIAL TOUJOURS SANS SOLUTION

Sur la carte du monde, la Palestine est un petit territoire, infime si on le compare avec celui de par exemple l´Afrique aussi bien représente dans ce dossier ; Mais il s´agit bien d´un point chaud d´importance mondiale, car les luttes qui s´y déroulent depuis des années ont un retentissement médiatique mondial. La population Européen (et par ailleurs celle espagnole), se sont si engagés de ce qu´on appel le conflit Palestine qu´il est difficile de trouver une personne qui ne s´est pas positionné idéologiquement d´une ou de l´autre partie. Il faut admettre que dans ce conflit, il y a une partie très important des charges émotionnelles et symboliques, car, en fait, dans ces territoires n´existe aucune richesse significative (rien de pétrole, de ressources minéraux, etc.).
Au départ, ce qu´ont trouve c´est un étonnant projet géopolitique : le sionisme. La dispersion très ancienne  à travers le monde de personnes qui ont la même religion, mais qui parlent de longues parfois différents et qui ont contribué au développement de différents nations veulent créée une nation dont l´identification particulière soit le judaïsme. Durant vingt siècles ils se sont étendus dans le monde en conservant leur foi, mais en s´intégrant dans les cultures diverses. (On a les juifs séfarades en Espagne, qui parlaient le ladino ; Juifs ashkénazes en Allemagne qui parlaient le yiddish ; les juif orientaux qui sont arabophones, etc.).
C´est entre les juifs d´Autriche, d´Allemane et d´Europe oriental que le courant sioniste est apparu, à la fin du XIX siècle. L´idée original d´un état entièrement juif a été présente par le théoricien hongrois Theodor  Herlz dans son ouvre « L´état Juif : essai sur une solution moderne de la question juive[ii] ». C´est vrai que ce n´est pas lui qui a considère en premier l´implantation des colonnes palestinien, mais son antécesseur, communiste allemande, Monsieur Moses Hess,  mais Theodor Herlz propose la création d´un état entièrement juif.      Auparavant, en 1882 il avait été crée (près de Jaffa) la première colonie agricole juif de Palestine, de telle manière que dès le début du XXème siècle, la affluence (plus ou moins clandestine) devient régulière dans la région. Ce mouvement de population a été tout de suit appuyé la diplomatie allemande, et l´entérinée de l´Empire ottoman, mais désapprouvée par les britanniques qui voyaient dans ce mouvement une menace potentielle sur la route des indes (par la via du Koweït). Malgré cela, en 1917 le ministre des affaires étrangères britanniques reconnait son soutien officiel à « l´établissement en Palestine d´un foyer national pour le peuple juif » autant que il soit aussi bien reconnu les droits du reste des communautés non juives (les arabes parmi autres).
Après la dislocation de l´empire ottoman, la société des mations confia la Palestine à la Grande Bretagne sous forme de mandat. Mais la tension entre arabes et juifs monta exponentiellement, de manière que la grande Bretagne, en cherchant l´équilibre entre les deux peuples limita l´affluence de juifs dans la zone, mais les juifs se concentrèrent sur le plateau côtière. Pendant la période d´entre guerre, les tensions entre les uns et les autres ne feraient qu´augmenter, jusqu´à qu´en 1929 éclate la révolte des arabes contre les anglais. Mais la période d´entre guerres s´identifie surtout pour l´accroît de l´antisémitisme (en Allemagne, la Pologne, etc.). Les sionistes, pour se protéger contre les attaques des uns et autres s´organisent en village qui fortifient, à travers la création d´une armée (la Haganah), et encombrant avec l´organisation d´un gouvernement officieux présidé par David Ben Gourin. Un nombre significatif des juifs y viennent pour se protéger en passant en 1935 à 375.000 dans la région. Puis, les britanniques vu leur accroit, décident de interdire toute nouvelle immigration de juifs. Mais ceux, déjà organisés de façon clandestin menèrent des attentats contre les britanniques. C´est vrai que pendant la deuxième guerre mondiale, les sionistes soutinrent les anglais, mais dès la fin du conflit, la situation redeviendra à celle de la période d´entre guerres.
 Au lendemain de la guerre, le scandale pour les meurtries des juifs fut tel que les britanniques décideront que dès que une solution de partage entre les deux communautés sera trouvé ils abandonneront la zone. En 1947 l´organisation des nations unis décide de divisé la Palestine en deux états, en gardant Jérusalem et Bethléem comme des enclaves internationalisées. Cette décision est clairement refusée par tous les États Arabes du Moyen-Orient. Ceux de Palestine commencèrent a attaquer les village juifs sans même attendre la sortie des anglais.
En 1948 l´ONU proclame l´indépendance d´Israël (avec, par ailleurs l´entérinée de l´URSS). À ce moment là des troupes arabes syriennes, Libanaises, jordaniennes, irakiennes, et égyptiennes ont commençait un attaque (peu coordonné) aux positions israéliennes. Pendant un moins les Israéliens ne sont pas capable de s´organiser pour leur défense (sans une organisation claire, un manque des armes, etc.). Mais un moins plus tard, l´ONU décide un cessez-le-feu, qui permettait aux israéliens de prie pour soutien international et d´acheter des armes d´ailleurs.         
Le cessez-le-feu ne tarde pas de être sauté par l´Egypte quelques moins après de sa signature. L´occasion est bien profité à niveau stratégique par l´armée israélienne qui lance une grande contre- offensive en récupérant la Galilée et le lac de Tibériade. Après, ils se lançaient vers la conquête du sud dont le Mont Sinaï était l´objective ciblé. La « terre promise » avait une valeur primordiale pour eu, mais les pressions américaines et la potentielle contre-offensive britannique vers le canal de Suez freinaient l´avance des troupes israéliennes vers le sud-ouest. Cette défait resterait long temps dans la mémoire des pays arabes. Humiliés ils considérèrent désormais la reconquête d´Israël une cible prioritaire. Aussi, les dépenses militaires accroîtront dans la quasi-totalité des États arabes. Les arabes cherchaient le soutien militaire dans l´union soviétique.  Dans ce contexte on trouve les connues comme quatre guerres Israélo-arabes. En 1948 celle qu´on vient de décrire. Après, en juin de 1967, la guerre des six jours, donc le président égyptien en alliance avec la Jordanie et la Syrie décident de bloquer le golf d´Aqaba, en empêchant la livraison de pétrole iranien à l´Israël. Le 5 juin (le début de la guerre des 5 jours) Israël contre-attaque en détruisant au sol l´aviation égyptienne. Deux jours plus tard, ils expulsaient l´armée jordanienne de Cisjordanie, et encore, un autre deux jours plus tard ils reprenaient le mont Sinaï et le canal de Suez. Le 11 juin la guerre est terminée par un cessez-le-feu imposé par les Américains et les Soviétiques. Le contenu de cet accord là, marque jusqu´à aujourd´hui les enjeux politiques et stratégiques de la zone, surtout parce qu´en 1967 les Israélien avaient conquêt des territoires traditionnellement possèdes par les arabes dont le Sinaï et Gaza. La politique diplomatique d´Israël consistait désormais, en échange certains de ceux territoires pour la reconnaissance des états arabes de leurs frontières.
Malgré, en 1973 éclat la guerre du Kippour. L´armée égyptienne profite l´occasion des fêtes religieuse pour attaquer les israéliens et rentrer en Israël vers le canal de Suez. La guerre s´étendre quelques années (grâce en part à la défense perpétrait par Ariel Sharon), jusqu´à le nouveau traité de paix de 1979. La terre du Sinaï est restitué aux égyptiens, mais la bande de gaza restait du côté Israélien. Mais les problèmes restaient avec la Syrie dont le haut Golan était la clef des différences. Avec la Jordanie, le traité est signé en 1994 sans que les Israéliens évacuent la Cisjordanie..
Israël a utilisé toujours une stratégie de « surpeuplement» des territoires arabes. C´est le cas notamment de la Cisjordanie mis aussi de la bande de Gaza. En Gaza, en part pour la pression internationale les colonies israéliens ont disparu en 2005, mais elles continuent a s´accroît en Cisjordanie. L´intifada Palestinien de 1987 (guerre des pierres) trouve sa cause en ceux colonies en la bande de Gaza. Mais, la naïveté disparait lors de la création (initialement clandestin) de Hamas en 1988 comme mouvement de la résistance islamique. Les heurts sont de plus en plus habituels dont souvent  il y participe de côte des palestiniens des enfants. Cela, fait tourner l´opinion  publique internationale vers les habitants de Gaza. L´opinion publique internationale commença a jouer un rôle très dans le conflit. Mais en 1991, lors de l´éclatement de la URSS, Les peuples arabes perdent un fort allié au cas d´un nouveau contre-attaque. Les rapprochements pour trouver des solutions entre les deux parties se réalisent près d´OSLO, de manière secrète en 1993, qui culmine avec les connus comme accords d´Oslo. Désormais, l´OLP ne serait plus considérée comme une organisation terroriste mais comme la représentante licite du peuple palestinien pour Israël, mais en échange, celle-ci reconnaissait enfin l´existence d´Israël. En s´opposant à cet accord, les leaders de la droite religieuse israélienne et les leaders de Hamas. L´épineuse sujet des colonies israéliennes n´était pas abordé pendant les négociations, même si séparément les palestiniens ont continué à demander publiquement l´abandonne des israéliens des colonies. D´autre côte, le contrôle israélien de la bande de Gaza et des territoires Cisjordaniens devra se faire désormais en fonction de trois zone :
a.       Une zone A, comprenant la plus grande partie de la zone de Gaza, Jéricho, les villes de l´Hébron, Bethléem, Ramallah, Naplouse, Djenin et Tulkarem.  Tout à fait autonome, sous la responsabilité exclusive de l´autorité palestinienne.
b.      Une zone B, sus responsabilité partagé entre les uns et les autres.  Elle comprenne la partie sur le plateau qui sépare les autres deux zones.
c.       Une zone C, restant sous contrôle israélien.
Malgré tous les inconvénients pour les palestinien, cette solution pourrait être le début de un processus qui pourrait aboutir `la création d´un véritable état palestinien. Mais un peu plus tard, le premier ministre Israélien est assassiné, et le progrès des colonies en la Cisjordanie recommençaient sous l´auspice des religieux radicaux de droite Israélien. De l´autre côte, Hamas qui s´opposait aux accords dés le début demande aux palestiniens de retourner à terre sante pour participer à la lutte contre les juifs. En 2000 y éclatait une nouvelle intifada, mais à différance de la précédent, dans celle-là des armées à feu sont utilisées. Hamas commença à perpétrer des attentats à bombe contre des civils israéliens. Dans ce contexte Sharon emporte des élections en Israël en se appuyant sur l´idée de assurer le territoire Israélien par la force si c´est nécessaire. Et, effectivement, les opérations militarisées se sont rendues dans les villes palestiniennes comme Bethléem ou Djenin et les murs fortifiés sont construits.                              
                En 2004, le général Sharon abandonne définitivement la bande de Gaza. La situation y améliorait par rapport à un essai des nouveaux accords de paix. Puis que le modéré Mahmoud Abbas devient le leader de l´Autorité palestinienne en 2005 en substituant Arafat  pour décès. En plus cette même année Ariel Sharon disparait de la scène politique lors d´un grave accident cérébral. Pour opposition, en janvier 2006, Hamas devient par victoire électorale un acteur majeur dans la région. Les projectiles artisanaux survolent les murs vers l´Israël. En fait depuis sa prise de pouvoir, Hamas a manifesté publiquement son idée de lutte armée contre Israël. Le blocus Israéliens des frontières de Gaza s´accroit. Et les raids aériens se reproduisent sur le territoire du Gaza au point que en décembre 2008 une opération majeur a lieu sur Gaza basés sur des bombes. Elle est nommée « plomb durci». Au cours de la quelle les Israéliens entrent dans certaines villes de la bande de Gaza. La communauté internationale, à travers le conseil de sécurité des nations unies et l´Union Européenne demande l´arrêt des combats. Deux jours après le cessez-le-feu, Barack Obama est proclamé présidant. Son premier appel officiel  est réalisé au Mohamed Abbas (leader de l´Autorité Palestinienne) au fil de la quelle, il monts son opposition aux colonies et son intention de relancer le procès de paix et de gérer  les négociations bilatérales.
                A nos jours, la situation reste encore instable. Les négociations se sont arrêtées plusieurs fois malgré la pression internationale. Environ 150 palestiniens de la frange ont été tues les derniers 5 jours par les bombardements Israéliens (dont plusieurs civils et des enfants). Aujourd´hui, 21 septembre 2012 la pression de l´Egypte et les États unies a permit un nouveau cesse du feu mais il reste instable. On y restera attentif…