sábado, 26 de enero de 2013

conclusiones comunes sobre áfrica

     
 Aqui os dejo las conclusiones del grupo que trabajo sobre África.
 

         África sufrió un profundo estancamiento en todos los niveles, que duró gran parte de su historia post-colonial. Tras la emancipación de las colonias, lo más codiciado pasó a ser el petróleo, los diamantes y la minería en general; la carencia de buena tecnología y de medios de comunicación eficientes, dificultan la explotación de dichas materias primas. Pese a ello, el continente ha sido testigo de un resurgimiento del crecimiento, especialmente en el periodo 2002-2008, convirtiéndose en la segunda región de mayor crecimiento del mundo que, en 2010, agrupaba 10 de las 15 economías de más rápido crecimiento. Este resurgimiento no se limita a los países ricos en recursos, y está dando lugar a un creciente reconocimiento de África como un mercado emergente, y un polo potencial del crecimiento global.
      Desde el principio del nuevo milenio, África había mostrado un crecimiento económico sin precedentes en su propia historia. Cabe decir que los retos de África son mucho más amplios que el simple crecimiento económico, es más, pese a su crecimiento económico sigue siendo insignificante su participación en la economía mundial (con respecto al PIB mundial), por lo que hay mucho que mejorar desde el punto de vista estructural.  En esta última década de gran crecimiento africano, cabe señalar dos circunstancias relevantes, que ha hecho disminuir en cierta medida el crecimiento porcentual de África. El impulso africano se desaceleró en 2011, por la contracción de la actividad económica en el norte de África, producto de la inestabilidad política, además de los efectos persistentes indirectos 2007-2009 de la crisis financiera en los países desarrollados. Desde la crisis de 2008, el freno de las dinámicas de intercambios (de flujos de capital y comercial) se ha ralentizado significativamente, África ha perdido casi dos puntos porcentuales de su crecimiento (4,6 a 2,7); la ayuda oficial al desarrollo se ha estancado lejos del 0.7% solicitado por la Asamblea General de las NNUU (en 1980) y la inversión extranjera (no nacionalmente estratégica) como la que ha emprendido China en el continente, ha disminuido.
      La crisis del la zona Euro (producto de la crisis financiera) influye de forma negativa en África debido a que Europa ha sido tradicionalmente el destino mayoritario de las exportaciones africanas (el 36,2% en 2012), además de ser la fuente más habitual de demanda de créditos privados. Cabe decir que la Unión Europea es el organismo, que con diferencia, más ayuda económica aporta a África. Por otro lado, también es cierto que África lleva buscando desde el principio del milenio una diversificación de fuentes de financiación y mercados (lo que debería mitigar en parte la influencia de la crisis del Euro).
      El aumento de la inflación la cual ha sido generalizado desde el 2005, afectando a la gran mayoría de los países (desarrollados, en desarrollo y los países menos adelantados); tiene su lado positivo y su contrapartida. Hay que señalar que porcentualmente, la mayor inflación a golpeado a África sistemáticamente. De hecho, los datos muestran que África ha superado el 10% de tasa de inflación en los años 2008 y 2009. El lado "positivo" de la inflación en el continente africano, es que muchos países africanos han mantenido un fuerte impulso hacia el crecimiento a través del aumento del precio en las exportaciones del combustible y de las materias primas derivadas de la minería. La contrapartida es para los países que carecen de estos recursos estratégicos para el crecimiento, como el combustible, y del bien imprescindible para la supervivencia de la población que son los alimentos. Muchos países africanos presentan una dependencia de productos básicos de terceros países, comprometiendo su balanza de pagos para hacer frente a sus importaciones. Cabe decir, que en una economía mundial abierta, da lugar a una cierta tendencia natural a los cambios en las corrientes y flujos del dinero; esto se explica tan simplemente como que el inversor tiende a movilizar su dinero en función de las expectativas de ganancia y siempre que estos movimientos no le supongan un gasto superior a las expectativas futuras. Estos desbalances son especialmente dañinos para países de bajos ingresos, especialmente en períodos como el presente en el que la volatilidad de capital aumenta significativamente, porque de ellos dependen los productos básicos alimenticios y las infraestructuras para crecer. Un ejemplo claro, es que a partir de  la crisis de 2008, una gran parte de los inversores (y especuladores internacionales) han buscado refugio en activos seguros (como son por lo general los alimentos y la energía), lo cual ha aumentado sin duda artificialmente el precio de estos productos.
       Por consiguiente, África se ve afectada por la crisis de la deuda en la Unión Europea y el deterioro posterior en el entorno económico mundial en varios frentes, en particular a través de los flujos de comerciales y de capital. Sin embargo, África está a punto de superar tales riesgos e incertidumbres. Durante más de una década, el continente ha profundizado fuentes de crecimiento domésticas, y ha fortalecido tanto el comercio interno como el comercio con las economías de más rápido crecimiento (Asia y América Latina) fuera de Europa. Esto ayudaría a África a mitigar el impacto en el crecimiento de un posible descenso en el comercio con la eurozona (como hemos señalado más arriba).
      A pesar de la aceleración del crecimiento económico en África a lo largo de la última década, sin embargo, el bienestar de los africanos en general no mejoró. Los indicadores sociales señalan que sólo ha mejorado modestamente. Hay un gran desempleo juvenil, y la desigualdad en cuanto ingresos se ha ampliado; más del 50% de la población viven con menos de un dólar al día.  Esta desconexión entre el crecimiento y el bienestar social requiere acciones políticas en muchos frentes.
      África, en última instancia, decide su propio destino social y económico. Su auge económico es probable que se siga dando dentro de un contexto de alto desempleo y una economía mundial vulnerable. Lo ideal sería que se diera una equidad en la distribución de los frutos del crecimiento, para reducir el desempleo y para resolver la inflación en la alimentación. Todas estas cuestiones para llevarlas a cabo, requiere de un buen diseño de política macroeconómica estructural y social.
África debe de no malgastar los recursos (conseguidos, producto del aumento del precio en la exportación de los productos básicos), y utilizarlos para transformar estructuralmente la sociedad africana, de tal manera que la economía crezca en paralelo con la sociedad progresiva. Si se realizan cambios estructurales que beneficien a las capas más llanas de la sociedad (carreteras, hospitales, educación...), los beneficios a nivel macroeconómico se verán con el tiempo. Por tanto, el desarrollo económico sin el social se plantea imposible. Se hace necesario una reforma fiscal, en la que se establezca un sistema de impuestos formal que pueda cubrir todas las tasas de ahorro y de inversión de cada país, de tal manera que las prestaciones para el desarrollo sean menos costosas por su elevado tipo de interés; los políticos africanos deberían de establecer políticas más estratégicas y competitivas, frente a las grandes multinacionales y estados que les ofrecen invertir en su país a bajo coste; por tanto se hace necesario una política de negociaciones, es decir, si las corporaciones quieren llevar a cabo una inversión en África, el beneficio de dicha inversión tiene que favorecer de forma equilibrada a los dos frentes (la corporación y el pueblo africano).
      África es un continente que ha crecido y sigue creciendo económicamente, por una serie de mejoras tanto económicas como sociales, pero aún le queda mucho terreno por avanzar. Es un continente que consiguió su independencia política pero hasta ahora carece de autonomía política; ya que sus recursos estratégicos y realmente importantes para el funcionamiento de la economía del mundo, está bajo las grandes corporaciones que son las que dominan al fin y al cabo el continente y de forma indirecta la política de África. África es un continente con muchos recursos y si se llevara una política de negociación con las corporaciones interesadas en obtener dichos recursos a un coste mínimo, sería beneficioso para el pueblo africano que es el que más sufre, no la burocracia política africana que son de alguna forma aliados (clientes) de los Estados desarrolladas y de las corporaciones originarias de dichos Estados. África es similar a la historia de América Latina en dos puntos en concreto: uno es que ambos, han sido colonizados por las grandes potencias del momento y el segundo punto es que nunca dejaron de ser colonia de estas grandes potencias pese a su "independencia". Si eres una región rica en recursos, sobre todo si estos son fundamental para el crecimiento económico (petróleo, coltán), corres el riesgo de ser colonizado por alguna potencia. África es un continente rico, pese a que en ciertas regiones sufren de carencias alimenticias a causa del clima (en la zona del Sahel); Si se efectuara una buena gestión macroeconómico, el pueblo africano sería el beneficiario directo. África es un continente (valga la redundancia) con muchos recursos, y si hubiera una voluntad no sólo de las autoridades africanas si no también apoyado fuertemente por NN.UU., se podría efectuar una redistribución de las riquezas y financiar un cambio en la estructura socio-económica del continente.
      África a nuestro pesar, seguirá creciendo que es lo positivo del asunto, pero seguirá habiendo cientos de millones de africanos que vivan con menos de un dólar al día; es más crecerá la desigualdad entre los más ricos y los más pobres. Y no hay que olvidar la famosa deuda externa que sigue sin condonarse. Hay mucho por hacer en continentes tan humillados históricamente como África (el pueblo africano).  

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